Lago de hielo

Sabía perfectamente que no estaba permitido alejarse y adentrarse en el bosque, pero no me importaba en absoluto. Me dejé llevar por mi patético sentido y quise perderme para encontrarme con algun tipo de raza interesante. Cerca del lago helado vi un oso...
Fruncí el ceño con curiosidad.
-Un oso polar... -dije fascinada, con los ojos abiertos como platos. Me froté las manos y ataqué en cuando lo vi necesario. Las fuerzas que tenia el animal para sobrevivir eran tan grandes que la pelea nos llevo hasta casi la mitad del lago helado, pero finalmente, salí victoriosa.

Noté la voz de Steven a sus espaldas, me puse de pie aún sin mirarlo a la cara y pasé mi muñeca por mis labios para limpiar la gota de sangre que se había resbalado por mis labios. Me giré y vi su silueta a lo lejos. Anduve tan tranquila por encima del hielo, a paso lento hasta llegar a donde él estaba.
-Deberías provarlo.

Fruncí el ceño y lo miré con interés.
-Tienes una habilidad realmente interesante. Ahora si tengo pruebas -dije satisfecha, cruzada de brazos.

Comencé a caminar por la nieve, dibujando formas extrañas con las huellas de mis botas.
-Pues, es realmente interesante -dije ocultando mi mirada entre mis cabellos rubios, y así poder mirarlo con una sonrisa.

-Los elementos no valdrían sin un tiempo que avanzara segundo a segundo. Y yo controlo eso. Pronto aprenderé a controlar el futuro.
Al cabo de un rato, lo volví a mirar interrogante.
-¿Te ocurre algo? -pregunté alzando mi mirada, mirandolo con algo de nervios-

Sonreí.
-Te has quedado sin energia -dije sonriendo y acercándome a él, arrastrando los pies por la nieve. Entrelacé mis dedos y me puse frente a él- eso te pasa por intentar cazar algo mejor que un oso polar. Y un oso no está nada mal.

Hice una bola de nieve y jugué con ella.
-Siempre se puede recurrir al modo clásico, vampirisito -dije caminando una vez más hacia la orilla del lago, mirando el paisaje.

Tiré a lo lejos la bola de nieve.
-Disfrutas mojando a una pobre vampiresa que adora tener su pelo seco.
Comencé a tararear una canción en mi mente y me quedé pensando en aquello, intentando distraer mis pensamientos y moviendo mi cuerpo haciendo un que otro paso de baile.
-Eso es muy grave -dije riendo.

-No sabes lo que es diversión -dije riendo con travesura, pensando en todo tipo de cosas.
Paré de hacer el gamba y me giré para mirar su perfecta silueta apoyada en un árbol.
-Pero yo no puedo estropear con nieve una cosa tan hermosa -murmuré.

Asentí con la cabeza intentando centrarme en aquel tema de conversación.
-Un animal tan lindo merece tener las mejores comodidades. No sufrió -dije mirando el cadaver en el centro del lago- tendré reservas que durarán mucho.

Rodé los ojos.
-Es ecológico -dije diciendo lo primero que se me cruzaba por la mente- como una manzana entre la hierba...
Entonces lo volví a mirar...
-Vas a acabar más cansado de lo que estás.

-Si pasas aquí la noche, vas a acabar más frío que un polo -dije sonriendo al imaginármelo- lo que ya me faltaba, que estuvieras más frio de lo que estás.
Rodé los ojos y me puse a su lado, apoyada en el mismo árbol, mirándolo de reojo.