Lago de hielo

Asentí con los labios fruncidos por el enfado
-Pues ya no quiero saberlo.
Le di la espalda pero luego me volví a girar.
-Me estás haciendo dudar -dije señalándolo amenazante con mi dedo índice. Rodé los ojos- Déjame en paz.
Refunfuñé y me encaminé hacia aquella barrera de fuego, cruzándola y notando como mi ropa prendía fuego, que tras hacer un movimiento de mano, volvió a estar como hace apenas un minuto. Abandoné aquel lugar enfadada como una niña pequeña para dirigirme al colegio.

Llegue a un inmenso lago. Estaba helado, tan frío como mi piel.
Era un lugar agradable y parecía solitario. Probablemente un buen sitio donde pasar la noche a gusto. Lo haría en cuanto tuviese ocasión.
Me incliné sobre el agua helada y la rocé con mis dedos.
Me senté en la orilla ya que no quería arriesgarme y mojar mis ropas demasiado caras y preciadas como para estropearlas. Abstraje mi mente durante unos instantes perdiendo mi mirada en las copas de los árboles del bosque y volví a a caminar.

Llegamos caminando.
- Wow, que lugar más bonito... -digo maravillada.

Miré a mi alrededor maravillada.
- Es precioso.- admití

Cojí un poquito de nieve y lo amasé con la mano.
Se lo lancé a Nikki.

La bola de nieve me acertó en todo el brazo.
- Te vas a enterar.- dije riendo. Cogí una bola de nieve, la hice perfectamente redondeada y se lo lancé

Estuve a punto de evitarla, pero no la evité y me dio en la espalda.
Entre risas empecé a formar otra bola.
- ¡Esto es la guerra! -grité divertida.

Me reí y fui corriendo a esconderme detrás de un árbol.
Hice bolas de nieve.
- Vamos haber si me das.- dije lanzándola

- Sabes que tengo una puntería estupenda -dije sonriendo.
Dije escondiéndome detrás de otro árbol y esperando a que Nikki se pusiera visible para lanzarle la bola.

- La misma que yo.- reí, salí del árbol, le tiré una bola y volví a esconderme

Esta vez si que conseguí esconderme a tiempo tras el árbol para que la bola no me diese.
- Vale, sí, tienes razón -dije riendo.
Le lancé una bola.

Esquivé la bola y le saqué la lengua.
- Nos podríamos tirar así toda la vida.- dije tirándole otra

- Si, pero al menos es divertido -dije con una sonrisa.

- Coincido contigo.- le lancé otra bola sonriendo

Esta última bola me dio en el pelo.
- Auch! -dije mientras salía de mi escondite y me lanzaba contra ella, cayendo las dos al suelo.

Me reí y comenzamos a rodar por la nieve.

La nieve estaba empezando a mojar nuestra ropa y pelo.