Biblioteca

Me separé de Angy después de la aventurilla de las mazmorras y comencé a explorar el colegio. Entré a la biblioteca. Tanto silencio, tanto estudio... Aquello no era lo mío. Comencé a pasear entre largos pasillos de estanterías, mirando los títulos de los libros sin interés alguno pero con ganas de entretenerme.
-Ah, deseo que llegue ya algún chico. Son mi mejor pasatiempo -siseé mientras cerraba un libro con una de mis manos, exparciendo polvo por el aire.

Dejé aquel mismo libro en su sitio y comencé a ojear las esquinas de las estanterías. Me subí a una silla para coger un libro que había a lo alto. Me estiré y me apoyé en la esquina del mueble, observando a lo lejos un vampiro, sentado en un sofá. Era guapo, muy guapo. Me balanceé unos instantes y estuve apunto de caer. Y caí, pero de pie. Afortunadamente nada más a parte de mi cayó al suelo.

Fruncí el ceño, parecía un vampiro muy astuto. Dejé la silla en su sitio y comencé a pasar mi dedo por todos los libros, como si estuviera interesada por ellos. Él se levantó y comenzó a hacer lo mismo por el otro lado.
-No te acecho -dije en voz baja- es más ni me interesas -mentí en un suave murmuro.

Noté su mirada en mi a través de unos libros, alcé la cabeza con superioridad y cogí un libro, para ponerlo desde donde me miraba.
-Soy buena mentirosa -dije volviendo a caminar y escuchando sus bajos murmullos.

Rodé los ojos y al notar que se alejaba lo miré entre el espacio libre de otros dos libros. Me acerqué a la bibliotecaria unos instantes, intentando olvidar la belleza de aquel vampiro.
-Eh, perdón -dije con voz algo alta para que aquella despistada licántropa me atendiera. Le enseñé un justificante- Tengo encargados unos libros -dije mirándola con algo de repugnancia de arriba a abajo.
La bibliotecaria leyó con atención y lo selló para después darme algunos libros muy pesados para el curso.
-Aquí tienes -me dijo cargándome de libros que no me interesaban en absoluto. Caminé cargada hacia la salida y ahí, en los pasillos, pude ver de nuevo a aquel vampiro apoyado en una columna.

Rodé los ojos, intentando fingir por un momento que no me interesaba aquel vampiro. Seguí caminando a paso lento y noté como él me seguía a mi lado.
-No pienses que me interesas -dije poniendo los ojos en blanco- Me gustan los chicos más... más menos como tú.
No entendía ni yo misma por qué me resistía. Yo, yo que había estado hasta las trancas enganchada por cualquiera.

Suspiré y decidí coger los libros con las dos manos. Paré unos instantes y él también lo hizo.
-Qué casualidad que vayas para el mismo sitio donde voy yo -dije sonriendo por no parecer grosera.

Alcé las cejas.
-Quizás -afirmé- Una lástima que no crea tus palabras, guapo -dije riendo entre dientes y volviendo a caminar con una sonrisa.

Rodé los ojos sonriente y soplé al ver que un mechón de mi pelo rubio me estorbaba la vista. Fui a mi habitación a dejar los libros.

Subí hasta la biblioteca y me quedé leyendo

Estaba dando mi ronda habitual por las instalaciones del colegio,saludando a cada alumno que pasaba por mi lado.
Observé a una alumna que leía en el sofá y me senté a su lado.
-¿Interesante?-le pregunté muy bajo,refiriéndome a su libro.

-Igual que siempre querida.-la sonreí.-¿Cómo está siendo tu estancia aquí?

Calculé el tiempo con rapidez.
-Todavía faltan unas semanas,por eso no te preocupes.Tienes tiempo de sobra para adaptarte bien y conocer a más gente.