Centro del Pueblo

Una corazonada me dijo que Angelus estaría fuera del colegio, así que después de dejar mi guitarra en mi cuarto, salí al pueblo, aún teniendo la imagen de Steven en la cabeza.
Cuando llegué me pareció verla a lo lejos, abandonando el pueblo. Me acerqué velozmente a ella y le di un pequeño empujón riendo entre dientes.
-La desaparecida en combate -dije llevando mis manos a mi cintura.

Llevé mis manos a mi cintura.
-Vaya, ya ni me dejas explicártelo con mis propias palabras -rodé los ojos alcanzándola mientras caminábamos- ¿Qué mosca te picó? Estás peor que de constumbre.
La olfateé unos instantes, olía a humano.
-O te has montado un buen banquete sin mi o tú tampoco pierdes el tiempo -reí entre dientes.

Fruncí el ceño.
-Angy, ¿Qué te ha pasado entonces? Algún humano te la ha jugado, ¿verdad? No puedes permitir eso.
Rodé los ojos mientras caminaba a su lado.

Rodé los ojos.
-Al menos alguien con quien hacer una carrera decente -murmuré entre dientes, recordando a Steven. Salí disparada tras ella, dirección al internado.

Rápida como un rayo aparecí en el pueblo, no muy lleno de gente para mi sorpresa.
Di una vuelta rápida por el lugar prestando atención a los detalles y por supuesto buscando el buzón.
Cuando lo encontré eché la carta con una media sonrisa que mezclaba diversos sentimientos algo difíciles de describir.
Estaba algo irritada por la falta de confianza que mi familia italiana depositaba en mi, pero con eso les demostraría que podía hacer lo que me plantease sin problema alguno.
No pensé en quedarme más tiempo y corrí de nuevo hacia el internado.