Vestuarios femeninos

Me quedé pensativa, poniendo los ojos en blanco.
-Tendré que considerar esa propuesta.
Volví a besarlo.
-Está bien, eso sí que lo acepto.

Acaricié su mejilla con la palma de mi mano derecha.
-Me conoces tan poco, y al mismo tiempo tanto...

-Sin embargo no tienes ni idea de cómo reaccionaré cuando descubra lo que me quieres ocultar -dije con voz tranquila y delicada, mirándolo a los ojos con inseguridad por lo que había dicho.

Suspiré.
-Te prometo -dije resaltando el verbo- que no reaccionaré mal. ¿Por qué debo cambiar de opinión sobre ti, sobre tu personalidad o forma de ser, al saber lo que fuiste en un pasado?

Rodé los ojos.
-Con lo que me dices parece que no confías en mi. Me haces pensar cosas que no quiero pensar, Steven -dije suspirando- ¿Cómo tengo que decirte que no me importa lo que fueras? ¿Y qué mas da que no fueras un príncipe azul?

-Pero es que para mi esas palabras, que las tengo muy oidas, siempre han significado una eternidad -dije suspirando y poniendo morritos- Y... soy muy curiosa... Pero esto no es curiosidad, son simples y fuertes ganas de saber más de ti.

Fruncí el ceño.
-Ho... -comencé a decir pero me miró con una mueca. Suspiré y rodé los ojos- Eso no vale.
Me crucé de brazos.

Rodé los ojos y acaricié mis piernas desnudas, pensando todo mientras me concentraba en un punto de los vestuarios.
-Está bien, dentro de dos semanas -dije suspirando- Llevo bien la cuenta -le confesé.

-¿No me puedes dar ni una pista? -dije frunciendo mis labios y tumbándome a su lado como pudiera.

Me quedé pensativa, intentando averiguar qué me escondería en esas dos semanas.
-¿Qué puede ser tan malo? -me pregunté a mi misma en voz alta.

-Ah, madre del amor hermoso -exclamé con un hilo de voz mirando al techo- me vas a volver loca -dije pellizcando su nariz, con una sonrisa.

Cogí su mano entrelazando mis dedos con los suyos.
-Lo estoy, pero vas a conseguir que lo esté aún más -reí entre dientes.

-Lo digno sería saber qué es lo que me escondes a la de ya -dije rodando los ojos- es como si me empiezas a contar un cotilleo y luego lo acabas porque no te fiaras de mi.
Rodé los ojos.